Es un elemento metálico magnético, de aspecto blanco plateado, utilizado
principalmente en aleaciones. Es uno de los elementos de transición del sistema
periódico y su número atómico es 28. Durante miles de años el níquel se ha
utilizado en la acuñación de monedas en aleaciones de níquel y cobre, pero no
fue reconocido como sustancia elemental hasta el año 1751, cuando el suímico
sueco, Axil Frederic Cronstedt, consiguió aislar el metal de una mena de
niquelita.
El níquel es un metal duro, maleable y dúctil,
que puede presentar un intenso brillo. Tiene propiedades magnéticas
por debajo de 345 ºC. El níquel metálico no es muy activo
químicamente. Es soluble en ácido nítrico diluido, y se convierte en
pasivo (no reactivo) en ácido nítrico concentrado. No reacciona con los
álcalis. Tiene un punto de fusión de 1.455 °C, y un punto de ebullición
de 2.730 °C, su densidad es de 8,9 g/cm3 y su masa atómica
58,69 uma.
El níquel aparece
en forma de metal en los meteoritos. También se encuentra, en combinación con
otros elementos, en minerales como la garnierita, milerita, niquelita,
pentlandita y pirrotina, siendo estos dos últimos las principales menas del
níquel. Ocupa el lugar 22 en abundancia entre los elementos de la corteza
terrestre. Las menas de níquel contienen generalmente impurezas, sobre todo de
cobre. Las menas de sulfuros, como las de pentlandita y pirrotina niquelífera
se suelen fundir en altos hornos y se envían en forma de matas de sulfuro de
cobre y níquel a las refinerías, en donde se extrae el níquel mediante procesos
diversos. En el proceso electrolítico, el níquel se deposita en forma de metal
puro, una vez que el cobre ha sido extraído por deposición a un voltaje
distinto y con un electrólito diferente. En el proceso de Mond, el cobre se
extrae por disolución en ácido sulfúrico diluido, y el residuo de níquel se
reduce a níquel metálico impuro. Al hacer pasar monóxido de carbono por el
níquel impuro se forma carbonilo de níquel (Ni(CO)4), un gas
volátil. Este gas calentado a 200 °C se descompone, depositándose el níquel
metálico puro.
El níquel se emplea como protector y
como revestimiento ornamental de los metales; en especial de los que son
susceptibles de corrosión como el hierro y el acero. La placa de níquel se
deposita por electrólisis de una solución de níquel. Finamente dividido, el
níquel absorbe 17 veces su propio volumen de hidrógeno y se utiliza como
catalizador en un gran número de procesos, incluida la hidrogenación del
petróleo. El níquel se usa principalmente en aleaciones, y aporta dureza y
resistencia a la corrosión en el acero. El acero de níquel, que contiene entre
un 2% y un 4% de níquel, se utiliza en piezas de automóviles, como ejes,
cigüeñales, engranajes, llaves y varillas, en repuestos de maquinaria y en
placas para blindajes. Algunas de las más importantes aleaciones de níquel son
la plata alemana, el invar, el monel, el nicromo y el permalloy. El
níquel es también un componente clave de las baterías de níquel-cadmio y en la
fabricación de monedas.
Los mayores depósitos de níquel se
encuentran en Canadá y se han descubierto ricos yacimientos en el norte de
Quebec en 1957. Le siguen en importancia como productores de níquel, Cuba,
Puerto Rico, la antigua Unión Soviética (URSS), China y Australia. La
producción mundial minera de níquel alcanzó en 1991 unas 923.000 Tm.
El níquel forma fundamentalmente
compuestos divalentes, aunque se dan casos en estados de oxidación formales que
varían entre -1 y +4. La mayoría de las sales de níquel, como el cloruro de
níquel (II), NiCl2, sulfato de níquel (II), NiSO4,
y nitrato de níquel (II), Ni(NO3)2, presentan color
verde o azul y están generalmente hidratadas. El sulfato de amonio y
níquel (NiSO4 · (NH4)2SO4· 6H2O)
se utiliza en soluciones para galvanizado de níquel. Los compuestos del níquel
se identifican frecuentemente añadiendo un reactivo orgánico, la
dimetilglioxima, la cual reacciona con el níquel para formar un precipitado
floculante de color rojo.
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